Tener un vestido negro en el armario es un punto de partida necesario para construir un armario cápsula.

Uno de los pilares básicos en la moda, la prenda más democrática de todas, el imprescindible que nunca falla.

El Little Black Dress es , sin duda, la prenda exponente de la evolución de la moda a lo largo del siglo XX y XXI . Un lienzo a partir del cual podemos construir cualquier look, una prenda con la que todas nos vemos favorecidas , la elección correcta para cualquier tipo de ocasión.

Karl Lagerfeld ya nos aventuró que uno nunca está mal vestido ni demasiado elegante con un vestido negro y no le faltaba razón. Su trayectoria a lo largo de los años es una prueba de ello.

Hasta los años veinte del siglo pasado, el negro era el color que era utilizado por las mujeres principalmente para el luto o como uniforme. Coco Chanel, supo ver el potencial en la prenda y diseñó un vestido negro por debajo de las rodillas. Rompió las normas sociales de la época y apostó por su idea hasta el máximo exponente . En otras palabras, triunfó ya desde el minuto en el que se dio valor y apostó con todo y frente a todo y más aún cuando no tardó nada en popularizarse. Consecuencia directa de lo primero, clara enseñanza para todos.

Así pues, en 1926 apareció en Vogue por primera vez un boceto de un Little black dress firmado por ella y un pie de página donde se la calificaba como «el Ford de la moda». El vestido negro se consideraba ya una prenda fundamental que todas las mujeres querían tener.

Desde ese momento, todos los grandes diseñadores han creado su propio vestido o han reinventado el concepto original y actualmente las opciones que podemos encontrar son infinitas .

Connotaciones como glamuroso, elegante, atemporal, revolucionario, clásico, favorecedor… son algunas de las que podemos asociar a una prenda que nunca deja de ganar protagonismo y relevancia.

Audrey Hepburn ya nos demostró como una prenda puede ser icónica por méritos propios y nunca perder su posición. Todos recordaremos la imagen frente al escaparate de la joyería Tiffany’s en la película Desayuno con diamantes.

En definitiva, si aún no tienes uno en tu armario… no dudes en comprar aquel con el que mejor te sientas porque es de las prendas que más utilizarás y a las que recurrirás sin parar.

“Para mí, diseñar un Little Black Dress es tratar de expresar en un simple y banal objeto la gran complejidad de las mujeres, de la estética y del presente”, – Miuccia Prada.