Me hace especial ilusión escribir esta guía. Budapest ha sido una sorpresa en todos los sentidos.

Desde el motivo del viaje ( ha sido un más que bonito regalo por mi treinta cumpleaños ) a todo lo que me ha ofrecido partiendo de una idea desdibujada que poco a poco ha tomado forma y me ha dejado con ganas de seguir descubriendo.

Aunque no seguiré el orden de las cosas tal y como las hicimos, si que coincide que esto fue lo primero y es que me apetecía empezar por aquí porque fue una de las cosas que más me gustaron y que considero que no os podéis perder.

Paseo nocturno por el Danubio en barco ; una forma perfecta de hacernos una idea general de parte de la ciudad y de disfrutarla iluminada bajo el manto de la noche.

Ya os puedo adelantar que las vistas son increíbles y que hay tanto para ver en el recorrido que se os hará tan breve como entretenido.

No os preocupéis por el frío porque por lo que vi, todos los barcos tenían una parte cubierta .

Como buena amante de los mercados y mercadillos, no me podía perder este pues se trata del mercado cubierto más grande de la ciudad.

Inaugurado a finales del siglo XIX, se ha convertido en uno de los edificios más significativos. Fue gravemente dañado en la Segunda Guerra Mundial y un tiempo más tarde se declaró en ruinas y tuvo que cerrarse al público pero afortunadamente en el año 1994, fue restaurado y desde entonces ofrece comida, productos típicos , recuerdos y todo tipo de artículos.

Lo encontraréis abierto todos los días menos el domingo en la calle Vámház körút 1-3.

Cruza el río Danubio para conectar Buda y Pest. Situado en la parte sur del centro de la ciudad, se inauguró en 1896, con el nombre de puente Francisco José, en honor al emperador Francisco José I de Austria.

El puente se construyó entre 1894 y 1896, diseñado por János Feketeházy. Aunque es radicalmente diferente en su estructura, el puente imita el esquema general de un puente de tipo cadena, que se consideraba una forma estéticamente preferible en el momento de su construcción.

En el Parque Varosliget se encuentra un balneario de lo más especial . Un amplio complejo termal de estilo neogótico que cuenta con tres piscinas al aire libre y otras doce aproximadamente en el interior junto con saunas , zona de masajes y todo lo propio de un lugar así.

Mi hermana ya me había comentado lo mucho que le gustó cuando estuvo hace unos años y mi sensación fue la misma. Las piscinas varían de temperatura por lo que hay zonas para todos los gustos y es el lugar perfecto para hacer una parada en nuestro viaje y relajarnos.

Abre todos los días desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche y aunque hay bastante gente, al menos cuando estuvimos , puedes estar con comodidad en las distintas áreas y merece mucho la pena.

Cerca de la calle Steindl I, encontramos este monumento que pretende recordar uno de los lúgubres momentos que vivió la ciudad durante la segunda guerra mundial.

Soy de las que piensan que debemos conocer la historia por dolorosa que sea , y agradezco este tipo de iniciativas como la que tuvieron el director Can Togay y el escultor Gyula Pauer .

La obra pretenden recordar a los judíos del gueto que fueron ejecutados y arrojados al río durante los años 1944 y 1945.

Convertirlo en eco es también , a mi parecer, una forma de hacerle frente.

Muy cerca del monumento, encontraréis el Barrio Judío , en el Distrito VII.

La forma más fácil de llegar es a través de la calle Karoly. Allí podéis callejear y descubrir el mercadillo que recorre una de las zonas principales , su Sinagoga e incluso el Museo Judío.

En esta ocasión , por falta de tiempo no visitamos por dentro la Sinagoga pero sí que quiero mencionarla porque considero que es una visita a tener en cuenta. Es la más grande de Europa y la segunda más grande del mundo y su estilo neo-morisco merece ser contemplado con detenimiento.

Es un barrio con mucho encanto y diferente a otras zonas de la ciudad que tenéis que ver.

Se trata del edificio religioso más grande de Hungría ,cuyo nombre hace referencia al primer rey de la región – Esteban I .

Como curiosidad, deciros que es también el punto más alto al tener su cúpula una altura de 96 metros
y la construcción de toda ella finalizó en 1905 tras más de medio siglo de obras.

Podéis visitarla todos los días desde las nueve de la mañana menos el domingo que será desde la una del mediodía y las entradas las podéis adquirir a muy pocos metros de la Basílica. Viene todo muy bien señalizado por lo que no hay pérdida.

Sin duda , os recomiendo visitarla porque ha sido para mí otro de los puntos fundamentales en nuestra ruta de viaje.

Concluyo así la primera parte de esta guía que espero poder concretar en dos pues quiero enseñaros muchas cositas este mes que tengo pendientes pero como seguro ya habréis podido intuir es un destino que os recomiendo encarecidamente y que se queda en mi recámara para volver a él en otro momento. Adoro viajar y la sensación que te dejan los lugares que no cierran capítulo . Esa invitación a volver que se hace sombra y que pretender cerrar la lista de pendientes que atesoras .

Muy feliz comienzo de fin de semana bonit@s.