Empezamos la semana en el blog con un nuevo look. Como os dije, iré intercalando los looks con las guías por lo que el próximo día volveremos a Budapest pero hoy analizaremos las prendas que forman este outfit.

Por un lado, un jersey de punto oversize. Estoy segura de que si buscamos en nuestro armario daremos como mínimo con un jersey de este tipo.

Forman parte de los básicos imprescindibles a tener. Nos sacan de cualquier apuro, son cómodos, perfectos para cualquier silueta y tan versátiles como nosotr@s queramos.
Es una de las prendas que más me gusta para el invierno y a la que más partido le saco.


Para añadirle un toque diferente y romper un poco esa estética aparentemente sencilla que puede dar, he optado por un pañuelo blanco con apliques. Protege nuestro cuello del frío y aporta un punto chic y desenfadado.


Por otro lado , pantalones tipo vinilo. Hemos ido viendo como poco a poco infinidad de prendas se plastificaban y eran dotadas de un más que bonito aire ochentero.
Un tejido brillante y desafiante que acapara la atención al instante , aunque creo que divide al público en dos grupos claramente definidos, o lo amas o lo odias y no hay duda en que yo pertenezco al primero.

Como os adelantaba, me declaro una auténtica fan porque además de todo lo mencionado anteriormente, sientan de maravilla. Se adaptan al cuerpo perfectamente y hacen que nuestra figura destaque .
Son aptos para cualquier tipo de evento , para una noche con amig@s o simplemente para nuestra jornada diaria.

En cuanto al calzado, unos botines de raso tipo calcetín. Una de mis mejores compras hasta la fecha porque se ajusta perfectamente al tobillo , son atemporales, versátiles e increíblemente cómodos gracias a su tacón bajo y cuadrado.
Añade unos centímetros de más sin restar comodidad.

Los he llevado ya en varias ocasiones y estoy encantada porque realmente no los noto. Son muy ligeros y podemos combinarlos con un look más diario como el que hoy os muestro o algo mucho más elegante y decantarnos entonces por un vestido o una blusa de satén.

Siempre he adorado el Retiro y su magia. Los colores que lo empapan, los espacios que difieren entre sí pero casan a la perfección , como aquello que parece hecho a medida pero bajo el manto claro y único de la casualidad.
Siempre he adorado la tranquilidad que allí mora, el arte en sus múltiples formas haciéndose eco, la cantidad de visitantes que lo convierten en escenario de sus días, el café con vistas al estanque plagado de y el ímpetu que las mueve…
Madrid y sus tesoros, decían – ohyepblog