Entre fuentes barrocas y calles llenas de historia, la Piazza Navona se convierte en icónico escenario.

Mi elección para este día fue un look pensado para disfrutar de la ciudad con frescura y comodidad.

Por un lado, camiseta con hombreras en un tono chocolate, cálido y sofisticado que va en perfecta concordancia con la arquitectura romana bañada por el sol. De corte recto y tejido ligero, permite moverse sin sentir el calor, pero mantiene un aire elegante que no pasa desapercibido.

Además, las hombreras de la parte superior consiguen aportar volumen a la zona y visualmente compensa la estructura del cuerpo al contrarrestar con una parte inferior más desdibujada.

Continuamos con una mini falda estampada en tonos tierra.El print delicado y la textura fruncida aportan dinamismo, mientras que el vuelo en la parte baja añade un toque coqueto y femenino. Es la pieza que equilibra comodidad y romanticismo.

En cuanto al calzado, sandalias negras de tiras cruzadas que son perfectas para recorrer calles empedradas . El diseño minimalista pero elegante combina con cualquier look y estiliza la pierna.

Abordado el look, me vais a permitir que os haga algún comentario sobre el lugar pues, sin duda, lo merece.

Piazza Navona, uno de los rincones más vibrantes de Roma, se alza sobre el antiguo Estadio de Domiciano, del que aún se pueden ver restos bajo la plaza. Su forma alargada es testimonio de aquel pasado, mientras que sus tres fuentes —la imponente Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini, la del Moro y la de Neptuno— aportan frescura y belleza escultórica a cada paso. Cafeterías, artistas callejeros y terrazas se mezclan con el aroma a espresso y el sonido constante de la vida, convirtiendo la plaza en un espectáculo continuo.

Entre el murmullo del agua de las fuentes y el eco de siglos de historia, Piazza Navona me recuerda que la belleza está tanto en lo que miramos como en la forma en que decidimos vivirlo.

Ese mismo día , pude visitar la Fontana Di Trevi y cumplir con la tradición más famosa de lanzar una moneda de espaldas a la fuente, con la mano derecha sobre el hombro izquierdo para asegurar mi regreso a una ciudad que siempre … enamora.