El otoño tiene una forma muy especial de transformar los paisajes: los verdes intensos se mezclan con tonos dorados, ocres y rojizos, creando una atmósfera de calma y melancolía que invita a pasear, respirar y disfrutar de los pequeños detalles.

Y para esos días en los que el aire es fresco pero no demasiado frío, no hay mejor aliado que un vestido estructurado de lana en tono gris, clásico y elegante, que combina sobriedad con un toque romántico.

Este vestido de RIHOAS (podéis adquirirlo con un descuento del 20% con el código – steba20 ) se convierte en el protagonista del look gracias a su diseño de inspiración militar, con botones dorados en el frontal que aportan carácter y sofisticación.

La falda con ligero vuelo rompe la rigidez del corte, dando movimiento y feminidad, mientras que la cintura entallada realza la silueta sin necesidad de accesorios adicionales. Es una de esas prendas que no necesitan mucho más para brillar: su estructura y su tejido hablan por sí solos.

Para mantener la armonía, he optado por unas botas altas negras, un básico imprescindible del otoño. Además de estilizar la figura, aportan calidez y ese toque urbano que equilibra la dulzura del vestido. Las acompaño con unas medias negras tupidas, un clásico que nunca falla cuando las temperaturas bajan, y un bolso pequeño de piel con textura efecto cocodrilo, que añade un guiño moderno y sofisticado al conjunto.

El entorno no podría ser más perfecto: un camino cubierto de hojas secas, los árboles a medio vestir y esa luz dorada que solo el otoño sabe regalar. Los tonos verdes y cobrizos del paisaje realzan el gris del vestido y crean una paleta de colores serena, natural y muy elegante.

Este look apuesta por prendas de calidad, tonos neutros y una silueta favorecedora que nunca pasa de moda. Ideal para un paseo de fin de semana, una comida tranquila o incluso una tarde cultural en la ciudad.

En definitiva, es un look que demuestra que la elegancia no necesita artificios: basta con una prenda bien cortada, actitud y un escenario que invite a disfrutar del momento.

Por último y si buscáis darle un aire más desenfadado, cambia las botas por unos mocasines o botines planos y añade una boina o gorra de lana. También podéis aportar más luz al outfit con complementos dorados. Las posibilidades son ilimitadas.