El otoño se abre paso entre las piedras antiguas y el aire cálido de la tarde. En esta ocasión, el escenario fue una muralla de Ávila con la maravillosa compañía de mi perro Nilo . En definitiva, el marco perfecto para un look que combina comodidad, color y un toque bohemio.

Irónicamente, hablo del otoño al inicio del post pero os voy a enseñar los últimos looks veraniegos que subiré a mis redes porque la estación impera y se abre paso la ropa más cálida. Si bien es cierto que los días que estamos teniendo en Madrid me facilitan seguir subiendo estos outfits porque cualquiera diría que ya hemos abandonado el verano dadas las temperaturas de los últimos días.


El conjunto parte de un top bandeau rosa empolvado, una prenda sencilla que deja protagonismo a la luz y al movimiento. Lo acompaña un chaleco corto con estampado tie dye en tonos suaves, que aporta frescura y un aire desenfadado.

El toque más elegante lo ponen los pantalones burdeos, fluidos y de caída ligera, que estilizan sin renunciar al confort. Como calzado, unas alpargatas en tono neutro que destacan por su versatilidad en todos los sentidos. Es increíble lo mucho que las he usado este verano y lo cómodas que son.

El resultado es un look urbano con alma viajera, ideal para tardes de paseo, escapadas culturales o días de turismo donde el confort se vuelve imprescindible.

Los accesorios —gafas maxi, reloj metálico y bolso de tela— completan el conjunto sin sobrecargarlo, manteniendo esa esencia natural que define el estilo effortless.

A veces, el mejor look es aquel que parece no haber sido pensado, pero encaja con el lugar, la luz y el momento.
